martes, 15 de diciembre de 2009

El Diablo viste de Prada


Cuando llegué el domingo, mi futuro me dio una super sorpresa: me había grabado El diablo viste de Prada, que la habían puesto en la autonómica. Debo decir que el gusto cinéfilo de mi futuro dista mucho de este tipo de pelis...así que lo valoro mucho más :)

Y ayer, en vez de series varias, la volví a ver. Me había leído el libro en el 2005, mejor dicho, lo devoré literalmente. Y en agosto de 2006, vi la película en VOS en Puerto Rico, con ese timbre de voz super grave, casi un susurro de Meryl Streep...(por cierto, ese año tuve que adelantar mi vuelta de vacaciones para ir a la presentación de la nueva colección de una firma en París).

No voy a hacer la crítica de la película, sobre la cual se han escrito ríos de tinta, y ya pasados los años ni me planteo aportar nada nuevo a lo ya se dijo en su momento. Pero lo que sí voy a contar es las sensaciones que me produce.

Cuando leí el libro, mi vida era muy parecida a la de Andy. Recién licenciada en Publicidad y RRPP, 5 años de carrera. Quería trabajar en el departamento de comunicación de una multinacional. Y acabé en un trabajo "que un millón de chicas desearían", que me abriría todas las puertas, aprendería muchísimo, me daría la experiencia necesaria.... No vivía en NY (una pena) pero sí trabajaba en moda, en el otro lado de Runway .... La cara visible son los medios, y las entrañas, las marcas y las agencias de comunicación ("Ve a Calvin Klein a por 15 faldas"....)

Esa sensación de "qué hago yo aquí" y ese estrés espectacular, a las órdenes de un sistema en el que mis cometidos eran desde reservar hoteles, restaurantes, organizar eventos y redactar notas de prensa, hasta esperar hasta las mil a que me llegara un email "crucial". Esa capacidad de terminar pensamientos y decodificar frases como "avisa a Fulanito" (quién es Fulanito, cuál es su teléfono, de qué le tengo qué avisar???), "traéme eso" ("eso" es ese algo mega importante del que depende la paz mundial, y que puede ser un bolso, un pantalón, una carpeta de prensa, un dossier, un informe...), "¿has llamado a Menganita?" (quién es y para qué tengo que llamarla?)...

Yo no iba vestida de super marca, pero la imagen era más que importante. Y de hecho, en agosto de 2006 pesaba 7 kilos menos que dos años antes, cuando había empezado a trabajar en este mundo. Y creo que nunca fui peor vestida que en esa época. Y lo de corretear por el metro y el tren con taconazos lo dejamos para la peli...

Ayer cuando estaba delante de la tele, sonreí y recordé lo identificada que me sentía: esa sensación de que lo que haces no es salvar vidas ni apagar incendios, pero tienes que hacerlo. "Porque es el trabajo que un millón de chicas desearían". Y casi ni duermes pensando en si las flores serán del color adecuado y del tamaño convenido, si los dossieres van a llegar a tiempo y van a tener la tipografía que indicaste, si el cliente llega a tiempo o el avión se retrasa... Ese estar pegada literalmente a un teléfono que puede sonar en casi cualquier momento. Esa ausencia de vida personal, de que las relaciones con amigos se resienten, de que te conviertes en un cosa fashion que sólo vive para trabajar, y encima, por una birria de sueldo...jejeje.

La frase de Nigel: "Por fin en 18 años voy a poder ver París", resume la esencia de todo esto a la perfección. Yo he estado 3 veces en París y no he visto París. Pero sí el Ritz, el hotel Lutetia, la Rue Sant Honoré, le Maré, Colette...

Soy muy consciente de que he visto y vivido cosas que no todo el mundo ha tenido la oportunidad de ver y vivir, y no lo cambiría por nada. Aprendí muchísimo y me puse mil veces a prueba, y la mayoría de las veces salí victoriosa, era capaz de mucho más de lo que yo pensaba (nunca conseguí un avión en pleno temporal, pero sí resolví grandes crisis del tipo: flores equivocadas, presentaciones con colecciones que llegan a la mitad, eventos el mismo día que otro gran acontecimiento.....)
De esta etapa guardo super buenos recuerdos y experiencias, y sobre todo, mejores amigas, grandes personas, lo que merece la pena atesorar y lo que realmente es valioso para la vida.

A mi modo de ver, esta película refleja no sólo el mundo de la moda y en concreto, de las revistas de moda, sino las relaciones laborales que se pueden dar en cualquier compañía y en muchos sectores. En qué puede convertirse el trabajo, y en lo que te puede convertir, si no le plantas cara a tiempo.

bss!!!

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