jueves, 24 de noviembre de 2011

La teoría de la conspiración

Foto: un viejo conocido de Miss Vestidos

Tanto que en moda gustan hablar de "nuevo negro", yo tengo mi propia teoría del "nuevo algo". 
Los tacones altos son el nuevo corsé. 
Ambas prendas comparten su naturaleza constrictora de una parte del cuerpo de la mujer para adecuarlo a la figura, silueta o cánon de belleza imperante, modificando su fisiología y al servicio de la estética o la moda imperante. Y tanto el corsé como los tacones extremadamente altos, comparten esta características. 

En alguna ocasión he comentado mi adicción a los zapatos, y no me retracto ni de media palabra escrita. Me encantan los zapatos, y podría decirse que tengo una mini-colección de zapatos cuyo tacón oscila entre los 8-10 cms. Para mí son "tacones altos-muy altos", pero hoy en día no pasarían más que de "nuevas bailarinas". Muy lejos de los 12-15 cms, y si hablamos de plataformas loubutineras ya nos adentramos en la esfera "rascacielos zapateril".

Los zapatos de tacón alto, los stilletos,  surgieron en los años 50, y llevaban una pieza metálica tubular para sostener y dar estabilidad al tacón. Una verdadera fiebre se apoderó de las mujeres que iban directas a comprarse los nuevos "zapatos altos". Y no era para menos, salones y peep toes estilizaban la figura, alargaban las piernas y aportaban una cadencia especial al andar. Una nueva femineidad. Una nueva forma de ver el mundo. Desde arriba. Subidas a unos tacones.
Todas estas bondades tuvieron su réplica: se prohibieron en edificios y oficinas de mucho tránsito porque suponían un peligro (tropiezos, pisotones, inestabilidad...) 
A lo largo de la historia muchas han sido las modas y tendencias absurdas, no solo ocurre en nuestros días. Casi por esa misma época, se puso de moda la melena a lo Verónica Lake, tapando media cara, ojo incluido, lo que suponía un verdadero peligro para las mujeres que trabajaban en las fábricas.

Volviendo a hoy. Manolos y Loboutines se han convertido en objetos de deseo de miles de mujeres alrededor del mundo. Nuestra amiga Carrie se encargó de poner de moda los manolos  subida por todo Manhattan en unos. Todas sabemos que para recorrer las pequeñas calles Manhattan, el mejor calzado son unos tacones de 12 cms.
Pero si los tacones de 8 cms proporcionan cadencia y andares sensuales, las plataformas de 18 cms sin práctica, provocan andares robóticos, traspiés...Discúlpenme si Lady Gaga no me parece el súmun de lo femenino y lo sensual.

Compatibilizar unos tacones altos con una "vida moderna", léase metro, tren, andar, incluso "ir de compras", moverte por la ciudad...a mí no me sale.
¿Que se está mejor, o más estilizada con unos cuantos centímetros más? Sí, pero...¿a qué precio? Y no me refiero sólo al dinero, sino a la salud. Aquí una curiosa noticia sobre tacones, salud y su prohibición.

El sujetador, aquella prenda opresora que las hippies quemaban como símbolo de la liberación de la mujer hace 40 años, me parece mucho más inofensivo que unos zapatos de 14 cms de tacón (que como arma arrojadiza y punzante tiene gran utilidad).

Nuestras bisabuelas dijeron adiós al corsé...y  nosotras nos subimos a unos tacones de 15 cms. 
No sé qué les parecería :-)

Bss!!

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