miércoles, 13 de abril de 2011

West Side Story

Ayer, ante una mega montaña de ropa por planchar, me dio por "ver" West Side Story. La banda sonora me encanta, y aunque no pudiera prestar total atención a la pantalla, iba a disfrutar de sus magníficas canciones. (Me podía haber puesto a escuchar el disco, sí, pero entonces no sería yo, haciendo las cosas de la forma menos sencilla posible.)

De la crítica cinematográfica ya se encarga la gente que sabe (o que se atreve. Ya sabemos que la ignorancia es muy atrevida), y no voy a entrar en lo de "una versión de Romeo y Julieta en Nueva York en los 60", ni que es un gran musical, ni la composición de Leonard Berstein. Ni tampoco en lo ingenua que resulta 50 años después, con las luchas callejeras entre "americanos" y portorriqueños. Ni de cómo retrata muy bien la pertenencia a un grupo como identidad individual a través de la colectiva. Ni cómo los chicos de la banda no tienen oficio ni beneficio y se dedican a luchar por una calle, mientras que las chicas todas trabajan...Ni de cómo la violencia sólo genera violencia, el odio irracional por cuestión de raza. Ni de la inmigración portorriqueña en Nueva York.

Parece mentira de la cantidad de cosas que me dí cuenta mientras planchaba, pero debo confesar que es una película que la he visto cientos de veces, desde que tengo uso de razón, y cada vez que la veo descubro cosas nuevas. No es lo mismo verla con 7 años que con 30. Todavía me pregunto qué entendía de la película cuando era una niña. Lo que sí sé es que mi fascinación por la ciudad comenzó con esta película. Esas calles, esas canchas de baloncesto, esas escaleras traseras de incendio, los patios...

Entre plancha y plancha lo que sí vi muy claramente fue el vestuario. Deformación profesional, sí, seguro. Es fascinante descubrir esos elementos que hacen de una simple prenda un elemento imprescindible en la creación de un personaje.
En West Side Story, el vestuario se convierte casi en un personaje más.

Dos bandas enfrentadas por el control de las calles. Chicos y chicas de uno y otro bando. Americanos, los Jets, y portorriqueños, los Tiburones. La rivalidad tiene su origen en el carácter extranjero de los portorriqueños, que amenaza con la primacía de los Jets en las calles. Los miembros de las bandas se distinguen por sus rasgos físicos: los Jets son en su mayoría rubios o pelirrojos de tez clara, y los portorriqueños son de pelo moreno y piel oscura.
A parte de esto, su ropa también los diferencia: los Jets visten vaqueros, camisetas, zapatillas de deporte y todo el vestuario en tonos claros amarillos, y azules. Los Tiburos, visten pantalones vaqueros, camisas, camisetas, accesorios como brazaletes, pañuelos y cintas, y zapatillas tipo "converse". Las prendas son de colores fuertes, como rojos, negros y morados.



En la escena del baile en el gimnasio, los colores diferencian claramente a las bandas, a parte de la forma de bailar.
Los Jets en tonos azul claro y naranjas, tanto en los trajes de ellos como en los vestidos de ellas.
Por el contrario, tanto trajes como vestidos de los Tiburones, son en tonos fuertes, en una gama de rojos y morados.


La escena de la azotea, con la canción "América" es de las que más me gustan, por la canción, por el baile, por la ironía, y por el movimiento de la falda morada de Rita Moreno. Una guerra de sexos en toda regla.



Me encanta descubrir cómo grandes obras del cine del siglo XX inspiran la moda del XXI, y en este caso, no es menos.
En rasgos generales, hay mucha moda actual en esta película. Ya sabemos que las inspiraciones, revisitaciones, rememoraciones y demás están a la orden del día.
Aquí una pequeña muestra.
Los zapatos de ellas son kitten heels, salones con un pequeño y fino tacón. El color block (término que odio, de forma irracional) no lo ha inventado Gucci esta primavera verano, ya que vemos cómo se mezclan rojos con morados, rosas con azules (el conjunto de falda y blusa que viste Anitta cuando va a avisar a Tony de que Chino le busca). Y para rematar, el vestido de María en la escena final, es rojo, con el cuello de barco, manga tres cuartos, entallado a la cintura y con tablas. Sí, igual que el hit de Zara, pero en largo, claro, que estábamos en los años 60. Por cierto, es el final de la peli, aviso por si no la habéis visto.





Bss!!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario :-)