lunes, 15 de octubre de 2012

La columna. Renfe mon amour.

Fotografiar el interior de mi bolso cuando viajo en tren...
Así soy yo


Por suerte o por desgracia, me toca viajar en tren de vez en cuando. Alterno los viajes con el coche, pero eso es otra historia que no viene al caso.
Como suelo viajar con cierta frecuencia, cosa que no es ni bueno ni malo, simplemente es y ya está, suelo hacer la misma cantidad de maletas. Pero "cantidad" no quiere decir "calidad", por lo que a medida que me hago mayor, hago peor las maletas. Un inciso para decir que a partir de cierta edad, ya no "crecemos", nos hacemos mayores. Lo de envejecer me parece horroroso, así que directamente lo omito.

Esos editoriales de moda con "lo imprescindible para veranear en ..." me parecen ciencia ficción. Un vestidito negro, un blazer, unos tacones, un bikini, un pareo un sombrero, unas chanclas, un vaquero, una camiseta negra y otra blanca, un foulard, unas bailarinas y una chaqueta de punto, así como un vestidito de flores, "porsiaca". Y listo. La teoría me la sé de memoria, pero la práctica...¡ay, la práctica! Según las líneas arriba descritas, en un neceser me cabe todo ese equipaje.
Cuando me pongo a hacer maletas, me vuelvo amnésica y soy incapaz de sintetizar. Sintetizar el equipaje.
Resultado: super maleta. O super maletas. Yo sufro en silencio, y mi marido lo verbaliza. ¿Por qué? ¿Por qué?, como cierto entrenador de fútbol, pero en mucho más guapo, listo y simpático, por supuesto. Es incapaz de comprender por qué necesito el triple (por lo bajo) de espacio para llevar mi ropa. Pero esa también es otra historia.

Y todo esto para decir que los viajes han evolucionado de forma considerable, con lo fast, lo low y demás. Y sobre todo, lo que ha evolucionado son los equipajes ¿Cómo hacían hace 60, 70 años, para mover esos equipajes de maletas y maletas, sombrereras y baúles? El concepto "baúl" me fascina, y esos "medio armarios" con cajones y perchas...¡Me encantan! Pero a lo que voy: ¿cómo movían esos equipajes?
En nuestros días, han recogido el testigo Carrie y Cía, cuando viajan, ya sea a L.A, París...y llevan como mínimo 5 o 6 maletas de cebra, sombrereras y demás. (Sobre Sexo en Nueva York tengo prevista una entrada. Ahí lo dejo).

Ya he dicho que odio hacer maletas, que cada vez las hago peor y que meto mil cosas. Pero a pesar de todo esto, me jacto (palabra preciosa y pretenciosa donde las haya) de que mi equipaje siempre lo puedo manejar yo sola. Eso quiere decir que puedo "moverlo" por mí misma. Puedo trasladarlo, cogerlo, subirlo y bajarlo de bordillos, aceras y escalones. No soy especialmente forzuda, más bien lo contrario, pero unos 20-25 kgs, el peso estándar permitido en aviones y trenes, y lo que suele pesar mi maleta, los puedo mover bien.
Lo que no puedo hacer es llevarlo a hombros, cogerlo con un dedo, lanzarlo a más de 10 metros, y ni tampoco puedo subirlo por encima de mi estatura. Ni colocarlo en un altillo. Esto lo digo porque, volviendo al tren, cada vez que cojo uno, tiemblo pensando dónde colocaré mi maleta. ¿En el altillo, quizá? ¡¡¡No, por favor!!! Y me imagino a mí misma llegando a destino sola sin maleta. Porque mi maleta ha sido arrojada a medio camino por no tener lugar en el minúsculo sitio destinado a las maletas, porque a categoría de maletero no llega.
Vuelvo a la realidad y entonces sucede lo inevitable: "¿De quién es la maleta del pasillo? Mía, por supuesto. Allí no puede estar. Ya lo sé, hasta ahí llego. Pues a quitarla. ¿Y dónde la pongo?. En el altillo. Sí claro. No cabe. Pues allí no puede estar. Pues si usted puede subir los 20 kilos que pesa la maleta, toda suya..."

Bss!!!

P.D.: Nunca he llegado sin maleta a destino, ni ninguna maleta ha sido maltratada en el transcurso de esta historia.
P.D.1: ¿Para cuándo el AVE a Murcia? Que Murcia también existe, como Teruel.
P.D.2: Y ya si nos ponemos, que no va a ser el caso, comentar que el tren es un estupendo medio de transporte de mercancías, más económico y ecológico que por carretera. Lo digo por la crisis, la económica. Señores gobernantes, háganselo ver.

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